jueves, 31 de mayo de 2007

El Rincon De Ozzi

Fernando Radzik nació en la década del `60 (tal vez por eso su estilo liberal para plasmar sus ideas) y algún día que nunca sabremos cuando fue, se le dio por jugar al rugby. La primera referencia real que tenemos es que, jugaba en UB de la 2da división de la URBA, hasta su desaparición a fines 2001. Luego, tras la decisión de todo el plantel de emigrar a Ciudad de Bs. As., aquí empieza a dejar su sello la presencia de Fernando. Vaya a saber uno como, el mítico jugador, fue el único que desembarcó en Obras. Con su 1,90m, su tez morena y su barba talibán, sumado al grado de susceptibilidad que se vivía en ese entonces, no se tardo mucho en apodarlo "Ossama", apodo que ya paso a ser una marca registrada.
Por suerte, el anecdotario que presenta este singular personaje es demasiado extenso. Por lo tanto, con la colaboración de los especialistas, iremos deshojando las miles de anécdotas e historias que nos fue (y sigue) dejando. Para empezar, a modo de adelanto, repasamos una del 2004...
Partido de primera ronda vs. Centro Naval de visitantes. Una intermedia baqueteada terminaba de caer derrotada y varios de sus integrantes se alistaban para formar parte del banco de relevos en el encuentro de primera. Mientras se jugaban los primeros minutos del partido, entre charla y charla, salieron los típicos temas de conversación por ese entonces. Plena época de juegos olímpicos, nos abocamos al fútbol y otras disciplinas. Primero, Ozzi primereó al calificarse como "un gran jugador, un buen 8". Minutos más tarde, sorprendió (a propios y extraños) con una de sus mejores declaraciones: "Yo era bueno en atletismo. En serio. En la adolescencia llegue a hacer los 100m en 10,01s". El silencio duró unos segundos, hasta que los suplentes estallaron en risas.
Pasamos a explicar el porque de las risas: Basándose en los dichos de Ozzi y haciendo un cálculo estimativo, entre fines de los `70 y principios de los `80 fue donde realizo la plusmarca. Ahora, comparándola con la de los corredores de primer nivel mundial, nos encontramos con los siguientes registros: Con 9,9seg. en 1976 aparece el jamaiquino Don Quarrie, mientras que en 1982, el yankee Calvin Smith, lo bajaba a 9,93s. O sea que, o los dichos de Ozzi carecen de veracidad o el Comité Olímpico Argentino se perdió la chance de traerse un oro en los JJ.OO. de Moscú.

Breve Reseña De BoneteDoc!


Bonete-Doc, es más que una jugada. Es una expresión que conlleva un significado especial para los que tuvimos la suerte de escuchar ese grito, de ver esa jugada, de sentir la firme presencia del Doc, penetrando el viento al mejor estilo Carl Lewis.
En épocas de vacas gordas (todavía en libertador, con inter y hasta pre), era habitual presenciar un momento clásico sábado tras sábado. Por lo general, en la Inter, el medio scrum de ese entonces -apadrinado por el coach de turno- no vacilaba a la hora de poner en práctica lo entrenado en la semana. Entre tanto código (Cielo, infierno, tío, cobra,) aparecía la oferta más tentadora: BONETE.
Claro que, a la hora del partido, a la tan estruendosa palabra, se le debía anteponer el nombre, apodo o apellido de quien sería protagonista crucial en la definición. Y aquí es donde empezaba a tomar protagonismo el nombre del DOC. Wing tenaz de aquella intermedia, luego medico del plantel y con, tal vez, unos de los tatuajes más horribles que se vieron por el club (sobre su hombro: Una especie de tigre, con ojos rojos y un celeste de fondo. Horrible!).
La idea y planificación del movimiento era la siguiente: Tras una formación cerca del lado ciego de la cancha, el medio scrum sacaba la pelota con una bomba paralela a cargar al grito de "Bonete + Nombre (en este caso, Doc)" y el wing de ese lado, se zambullía en una carrera -a veces sin destino- en busca de la pelota.
Si bien, con el paso del tiempo, queda claro que la jugada no prospero ni trajo grandes logros, es un honor y un gran motivo de charla, el haber presenciado dicha obra maestra. Los que lo vivimos, de adentro o afuera de la cancha, sabemos que BoneteDoc es más que una jugada, es simplemente: Un sentimiento.